El ex primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, reconoció ante la UK Covid-19 Inquiry que su Gobierno no contaba con un plan para el cierre de escuelas al inicio de la pandemia de COVID-19.
La admisión ha reavivado las críticas sobre la falta de previsión del Departamento de Educación británico (DfE) y el impacto que las decisiones improvisadas tuvieron en millones de estudiantes.
Durante su comparecencia, Johnson afirmó que asumió erróneamente que su equipo estaba elaborando planes de contingencia, pero admitió que no existía un protocolo formal cuando las escuelas comenzaron a cerrar en marzo de 2020.
“Para que se entienda bien: yo asumía que ese trabajo ya se estaba realizando”, declaró, subrayando que dio por hecho que el DfE estaba preparado.
BREAKING: Boris Johnson quizzed on pandemic school closures
— Sky News (@SkyNews) October 21, 2025
The former PM tells the Covid Inquiry he was hoping not to close schools and thought it was a "nightmare idea" https://t.co/QEF6vEMDws
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📉 Un fallo de planificación que dejó huella
La investigación reveló que el entonces secretario de Educación, Gavin Williamson, aseguró no haber actuado antes porque “no hubo ninguna instrucción” de planificar cierres masivos.
Johnson, sin embargo, contradijo esta versión al señalar la existencia de memorandos internos de marzo de 2020 que “demuestran que sí se estaba trabajando en ello”.
El ex primer ministro calificó de “asombroso” que un ministerio de esa magnitud no tuviera una estrategia ante una emergencia nacional.
Durante su testimonio, también reconoció el coste humano y emocional de las decisiones:
“Parecía como si los niños, que no eran vulnerables al COVID, estuvieran pagando un precio enorme para proteger al resto de la sociedad. Fue algo terrible.”
Estas declaraciones han sido interpretadas como un reconocimiento tardío de que la infancia fue uno de los sectores más perjudicados por la gestión de la crisis sanitaria.
⚠️ Impacto social más allá de la salud pública
El tribunal también escuchó el testimonio de la ex ministra del Interior, Priti Patel, quien advirtió que el DfE no evaluó adecuadamente los riesgos sociales derivados del cierre de escuelas.
Entre ellos, el aumento de casos de abuso, violencia doméstica, adicciones y explotación infantil.
Correos internos del Ministerio del Interior, citados durante la audiencia, muestran que los servicios de protección infantil alertaron del incremento de estos peligros desde el inicio de los confinamientos.
Para las organizaciones de infancia, estas omisiones demuestran que el cierre educativo —aunque necesario para frenar el virus— se aplicó sin un plan integral que protegiera a los menores.
Ciaran Jenkins, "Boris Johnson admits to the covid inquiry that the government failed to adequately plan for school closures in England"
— Farrukh (@implausibleblog) October 21, 2025
"Insisting he took full responsibility for the mistakes"
Pardon? What responsibility? Has he been fined? Prosecuted? Or is it just a slap on… pic.twitter.com/b15mOZIt9x
🧭 Educación en modo de emergencia
Boris Johnson defendió que su Gobierno actuó en “circunstancias excepcionalmente difíciles” y que la improvisación fue inevitable ante un virus desconocido.
Sin embargo, su testimonio ha puesto de relieve una falla estructural en la planificación educativa del Reino Unido.
Según analistas, la falta de estrategia anticipada y la toma de decisiones urgentes sin base técnica sólida provocaron una disrupción educativa sin precedentes:
enseñanza remota improvisada, pérdida generalizada de aprendizaje y cancelación de exámenes clave como GCSE y A-Level.
Johnson admitió que el sistema “hizo lo que pudo”, pero reconoció que miles de estudiantes quedaron excluidos del proceso educativo.
🔍 Una investigación para aprender de los errores
La UK Covid-19 Inquiry busca no solo establecer responsabilidades políticas, sino también extraer lecciones que permitan una respuesta más eficaz en el futuro.
Uno de sus objetivos principales será revisar los protocolos de continuidad educativa ante emergencias sanitarias.
Mientras tanto, organizaciones de defensa de la infancia han solicitado una disculpa oficial al Gobierno británico por las consecuencias educativas y psicológicas del confinamiento.
Las declaraciones de Johnson, al admitir que “los niños pagaron un precio enorme”, han dado nuevo impulso a esa demanda pública.
💭 Lecciones y legado político
La comparecencia de Boris Johnson marca un momento clave en la rendición de cuentas del Reino Unido tras la pandemia.
Deja abiertas preguntas fundamentales:
- ¿Estaban preparados los sistemas educativos para una crisis de esa magnitud?
- ¿Se priorizó la salud pública por encima del bienestar infantil?
- ¿Cómo evitar que los niños vuelvan a ser las principales víctimas colaterales?
Aunque las respuestas aún están por construirse, la investigación sobre el COVID-19 deja una lección clara:
sin planificación ni coordinación, la protección de los más vulnerables se convierte en una promesa vacía.
Fuentes Noticias:
https://www.theguardian.com/uk-news
Crédito Imágenes:
Boris Johnson en St Joseph’s Catholic Primary School, foto de Pippa Fowles / No 10 Downing Street, CC BY 2.0 Licencia / Wikimedia Commons.
Boris Johnson visita SureScreen Diagnostics en Derby durante el confinamiento por COVID-19. Foto de Andrew Parsons / No 10 Downing Street, CC BY-SA 2.0 Licencia / Wikimedia Commons.
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